El venezolano montó una red de empresas que le habría servido para manipular los costos de los bienes importados desde Argentina y obtener mayor cantidad de dólares Cadivi. Tanto él como sus dos socios deben estar ahora a disposición de la justicia y presentarse cada tres meses hasta el juicio oral. Les embargaron 57 millones de dólares

Transparencia Venezuela, 11 de julio de 2024.- La justicia de Argentina acusó formalmente al abogado venezolano Generoso Mazzocca Medina y a los empresarios argentinos Pablo Osvaldo Rosa y Facundo Rosa de lavado de dinero y contrabando agravado, por operaciones asociadas a la venta de alimentos a Venezuela entre 2011 y 2013, reportó Infobae.

El abogado venezolano y los empresarios argentinos habrían firmado contratos de asesorías falsos e inflado los precios de cajas de cereales que se exportaron de Argentina a Venezuela con el propósito de lograr que la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) les aprobara más dólares preferenciales, en el contexto del férreo control de cambio impuesto por el gobierno de Hugo Chávez desde 2003 con el que solo unos pocos lograban acceder a dólares baratos. Gran parte del dinero de las operaciones llegó a cuentas argentinas y luego fue enviado al exterior.

La resolución de la justicia argentina, firmada por el juez Marcelo Aguinsky, no incluye la prisión preventiva para Mazzocca o los Pablo, pero sí los obliga a estar a disposición de la Justicia ante cualquier requerimiento, y a presentarse cada tres meses ante la embajada argentina del país donde residen actualmente, Venezuela en el caso de Mazzocca y Pablo Rosa, y Nueva Zelanda para Facundo Rosa, hasta el juicio oral. Como parte del proceso, el magistrado también les embargó 57.376.000 dólares estadounidenses.

Las maniobras de Mazzocca y los Rosa fueron reveladas en el especial Los reportes secretos de la corrupción, el fondo sin fondo de Venezuela y Argentina, desarrollado por una alianza periodística integrada por Transparencia Venezuela y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), con el apoyo del OCCRP, Infobae y TalCual que tuvo acceso a una filtración anónima de reportes de la Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina.

El inicio de la investigación

La investigación judicial en Argentina se originó a partir de un reporte de operación sospechosa que emitió la UIF y que derivó en una denuncia de la fiscalía antilavado (Procelac) ante los tribunales federales. La unidad antilavado argentina interpretó que las maniobras de Mazzocca y los Rosa escondían una posible “manipulación” del precio de venta para sacar ventaja con un tipo de cambio preferencial en el mercado venezolano, recuerda Infobae.

Fue en junio de 2011 cuando comenzaron las operaciones comerciales de los ahora acusados. Ese mes Mazzocca compró 54,4% de las acciones de la empresa Trinswol que había sido creada en Buenos Aires seis meses antes. El restante 45,6% quedó en poder de Pablo Rosa, que había constituido originalmente la empresa junto a su hijo. Trinswol también fue acusada formalmente por Aguinsky.

Justo después de la incorporación de Mazzocca en Trinswol, la firma inició sus operaciones comerciales. Su único cliente fue Agropecuaria Temblador, C.A, una compañía privada venezolana que en documentos pertenecía, entre otros, a María Antonia Rodríguez Mata, esposa del mismo Mazzocca.

Trinswol firmó un contrato con Agropecuaria Temblador por 200.000 dólares mensuales en el que se comprometía a realizar dos trabajos. Por un lado, prestar servicios de marketing y comercialización para hacer estudios de mercado en Venezuela y, por el otro, exportar productos alimenticios y maquinaria agrícola también para Venezuela. Sin embargo, los fondos que llegaron a Argentina desde la empresa venezolana fueron más altos. Al menos entre 2011 y 2013 las transferencias recibidas por Trinswol ascendieron a 22 millones de dólares, según el reporte de la UIF.

Las autoridades indicaron que Trinswol, que no tenía mayor experiencia ni capacidad económica para realizar esos movimientos financieros, recurrió a terceros como proveedores. Para comprar cereales alimenticios recurrió a la Asociación Argentina de los Adventistas del 7mo Día y para hacer los supuestos estudios de mercado, la empresa argentina subcontrató a cinco firmas internacionales que también estaban relacionadas directa o indirectamente con Mazzocca.

Los detalles de la acusación

En la acusación que ahora hace el juez Aguinsky advierte que las facturas analizadas por la venta de mercancía a las empresas venezolanas por parte de Trinswol sumaron 22 millones de dólares, lo que implicó “precios excesivos si se tiene en cuenta el monto abonado por Trinswol SA a su proveedora Asociación Argentina de los Adventistas del 7mo Día, a la que se pagó $30,9 millones, para luego llevar adelante la presunta maniobra de lavado de activos”.

Además, Trinswol fue usada como “vehículo para canalizar fondos de origen desconocido presuntamente procedentes de Venezuela, con el único fin de hacer retornar parte de ellos a supuestas empresas de ese país, y colocar la porción restante en la República de Panamá, de los Estados Unidos de América, en Puerto Rico y en el Principado Andorra, como lo informó el BCRA”.

De acuerdo con el magistrado, los socios de la empresa la manejaban supuestamente a distancia, aún sin recibir ganancias, “ya que no existen giros de divisas desde este país a cuentas en el extranjero a nombre de Pablo Rosa o Generoso Mazzoca Medina, pese a que ellos no vivían en la Argentina y por tanto nunca habrían recibido dinero del supuesto trabajo realizado, no al menos de forma documentada”. Ello evidenciaría que, en realidad, Trinswol fue una intermediaria para poder consumar la maniobra. “La triangulación contratada carecería de sentido, salvo en este caso, puesto que ello ocurrió con el claro ardid de ocultar a las verdaderas personas físicas que se encontraban por detrás y que eran, en definitiva, las mismas en su calidad de contratante y contratada, siendo la participación de TRINSWOL SA una pantalla”.

El magistrado agrega que el comercio exterior muchas veces se utiliza como pantalla para adquirir divisas a precio oficial y enviarlas a mercados libres de controles cambiarios. “Esto permite que las remesas se depositen en cuentas en el extranjero, aparentando haber sido obtenidas como fruto de una transacción normal y corriente”.

El juez Aguinsky ya tiene experiencia en este tipo de causas: tras ocho años de investigación, el magistrado procesó en mayo de 2023 al empresario argentino Juan José Levy por las millonarias exportaciones fraudulentas a compañías estatales venezolanas que se hicieron en el marco del acuerdo binacional firmado por los expresidentes Hugo Chávez y Néstor Kirchner en 2004. Con el caso de Mazzocca y los Rosa suman dos las investigaciones que avanzan a acusación por corrupción en las relaciones comerciales entre ambos países.

Cereales argentinos en Mercal

Las maniobras de Mazzocca no solo habrían incluido la creación de contratos falsos y el sobreprecio de los productos argentinos importados, la investigación especial liderada por Transparencia Venezuela y CLIP también reveló que Mazzocca terminó vendiendo los productos que compró en Argentina al propio Estado venezolano.

La ficha de Agropecuaria Temblador C.A. en el Registro Nacional de Contratistas (RNC) precisa que al menos dos de sus clientes fueron compañías del Estado venezolano: el Mercado de Alimentos, C.A. (Mercal), conocido como la cadena de mercados más grande del gobierno y la Red de Acopio, Distribución y Comercialización de Insumos Alimenticios (Redial), un ente adscrito a la gobernación del estado Portuguesa que fue creado en 2009 bajo el mandato de Wilmar Castro Soteldo, el actual ministro de Agricultura y Tierras y una figura cercana a Mazzocca.

Agropecuaria Temblador y Mercal celebraron un contrato bajo el número 1194, cuyo objeto era la venta de cereales inflados y tostados para el desayuno, según la ficha de RNC. Mientras que con Redial se acordó el suministro de “carne en cortes, animales en pie, cereales, arroz, azúcar, caraotas, etc”. Aunque en el documento no se indican las fechas de los contratos ni sus montos, en medios de comunicación estatales es posible identificar que al menos entre 2013 e inicios de 2014 se vendieron varios tipos de cereales de la marca Granix en las ferias que hizo Mercal. De acuerdo con la UIF, Agropecuaria Temblador era la importadora exclusiva de esos productos.